7 de diciembre de 2011

En busca de la independencia



Uno de los aspectos más llamativos en el desarrollo emocional de los niños de 1 a 2 años es la búsqueda de independencia. 






En este período, los niños quieren demostrar que son capaces de cuidar de sí mismos y hacer las cosas "solos".
Esto se refleja en pequeños gestos como, por ejemplo, rechazarán la mano del adulto para caminar. El "yo solo" se convierte, entre el primer y el segundo año, en una de las frases más habituales de muchos niños.
Para ellos, saberse independientes es importante porque les aporta seguridad en sí mismos y, al reforzar esta actitud, los ayudamos a afrontar los posibles cambios en la rutina durante la infancia: nuevo hermano, cambio de habitación, cambio de casa, etc.
La seguridad en sí mismos vuelve a los niños más aptos para el aprendizaje y, en general, les aporta una base de estabilidad que les será de gran utilidad a lo largo de su vida.
Pero si bien la búsqueda de independencia es propia de la edad, el entorno o el tipo de educación son  factores que influyen en que el niño llegue a ser más o menos autónomo.

Cómo  favorecer la independencia de los niños:
1. Dar nombre a los deseos y las emociones de los niños
Cuando damos nombre a los deseos y emociones del niño, le ayudamos a comprenderse a sí mismo a la vez que adquiere los medios para comunicarse. Por ejemplo, si un niño tiene una pataleta, en lugar de limitarnos a consolarlo o retarlo, podemos favorecer su futura autonomía preguntándole si siente rabia, o miedo, o celos...

2. Dar respuestas claras a los niños
A menudo los niños se limitan a lanzar una mirada para saber si algo que han hecho o se disponen a hacer está bien o mal. Dar una respuesta clara, bien sea de estímulo o de rechazo favorece la independencia del niño, puesto que le ayuda a comprender los límites.
Por ejemplo, si el niño tira algo al suelo y nos dirige una mirada interrogante, debemos responderle con palabras que eso no está bien y que debe recoger lo que ha tirado.

3.  Animar e incentivar a los niños
Animar e incentivar a los niños cuando intenten realizar alguna tarea, al margen de cuales sean los resultados, favorece su seguridad en sí mismos. Si tu hijo está intentando, por ejemplo, armar un rompecabezas para niños, incítalo a completarlo y luego felicítalo. Es importante que valores su esfuerzo.

4. Permitir a los niños tomar decisiones
Permitir a los niños tomar decisiones sobre sí mismos y ciertos aspectos de su rutina incrementa enormemente su independencia. A este respecto, es fundamental poner límites claros. El niño puede decidir si ducharse o bañarse, si ponerse este o aquel abrigo... pero no debemos permitir que salga a la calle sin abrigo, o que deje de de cenar, por capricho.

5. Negociar con los niños
Razonar con los niños cuando se le va a responder con un "no" les ayuda a madurar, a controlar sus impulsos y, por tanto, a ser más autónomos. Negociar con los niños, estar abiertos a sus peticiones, no significa que les estemos malcriando. A menudo, les estamos facilitando las herramientas para que, en el futuro, sepan por sí mismos qué es lo que más les conviene.


Para favorecer la independencia de los niños NO conviene:
1. Desanimar a un niño cuando intenta hacer algo
Afirmaciones del tipo: “eres demasiado pequeño”, “te vas a caer”... no ayudarán a tu hijo a convertirse en una persona autónoma. A algunas madres les cuesta controlarse, pues temen por la seguridad de su hijo. Sin embargo, es natural que los niños jueguen, se ensucien y, a veces, se hagan algún moretón.

2. Hacer las cosas en lugar del niño
A los niños acostumbrados a que les vistan, les den de comer, les lleven las cosas... de mayores les costará más cuidar de sí mismos.

3. Responder siempre que no
Responder NO, por sistema, a casi todas sus demandas, contribuye asimismo a minar la independencia de los niños.

4. Ceder a sus caprichos
Cuando un niño llora porque se le ha negado un permiso, regalarle un juguete o un dulce, o consolarlo de inmediato para que deje de llorar, es negativo pues impide al niño comprender lo que ha ocurrido. Esto, en el fondo, le producirá inseguridad.
No se trata de ponerle atención para que se sientan abandonados, sino de dejar claro que un NO es un No. 

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