20 de octubre de 2011

¿Cómo terminar con los pañales?



No es fácil decidir cuál es el mejor momento para este cambio radical, ya que muchas veces nos han dicho que una vez que comienzas a quitarle los pañales a un niño no puedes dar pie atrás.






Miles de dudas aparecen ¿cuál es la mejor época?, ¿cómo hay que hacerlo?, ¿cuánto tiempo tardará en aprender?, y  si a estas inseguridades le sumas frustración e impaciencia  por lograrlo rápido muy posiblemente sólo logres hacerlo más difícil.
La clave, aseguran, es tener paciencia y entender que el control de esfínteres es un proceso complejo que exige su tiempo.
No existe receta perfecta para lograr que tu hij@ aprenda a ir al baño solito, pero posiblemente puedas ayudarlo siguiendo alguno consejos útiles.
Lo primero es no forzar la situación, sino iniciar este nuevo aprendizaje sólo cuado haya mostrado cierto interés en él (a través de manifestaciones directas o signos que indican que es capaz de controlar las evacuaciones).
En ese caso, lo más recomendable es comenzar utilizando una pelela  (evita usar el WC aún cuando tengas un adaptador  porque el niño no puede apoyar sus pies ni adoptar una postura adecuada)  y reforzar positivamente su uso. "Cuando lo consiguen hay que animarles, apoyarles, aplaudirles.  En cambio, si no lo hacen, nunca hay que castigarles ni retarlo porque esto puede tener consecuencias negativas", explica Juan Casado, jefe de Pediatría del Hospital Niño Jesús de Madrid.

Aunque no existe exactitud en la edad en que los niños pueden controlar esfínteres, se estima que ello ocurre entre los dos y tres años.

"En algunos casos, el control del esfínter rectal cuesta más porque les molesta, les duele o se asustan, y sólo quieren hacerlo en el pañal", explica Casado, que recomienda "mucha paciencia", refuerzos positivos y una dieta abundante en agua y rica en residuos (fibra) para favorecer las heces blandas.
En cuanto al esfínter vesical, la mayoría lo controla en torno al tercer año, si bien a "muchos se les escapa el pis por la noche hasta el cuarto o quinto año", explica este especialista, quien subraya que esto no debe ser tratado como un problema –enuresis nocturna- hasta superada esta fecha y siempre que el niño tenga alteraciones en su autoestima por ello.

Existen dos fases en este proceso
Lo primero es  aprender a avisar y, en muchos casos, es lo que los niños logran con mayor rapidez; pero la segunda fase es el control de esfínter o aguantar hasta llegar al baño y ello suele tardar más en ser aprendido.
Por eso puede ser útil generar una rutina, quizás ir al baño después de las comidas los puede ayudar a hacer de la pelela un rito más en su día a día  y disminuir la frustración que les genera avisar que tienen ganas de hacer pipí pero no poder aguantar hasta llegar al baño.

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