25 de agosto de 2015

EJERCITA EL SUELO PELVICO

El suelo pélvico es un grupo de músculos, fascias, vasos, nervios, etcétera, que forman el suelo de la pelvis. Es el encargado de mantener las vísceras pélvicas y forma parte importante en la actividad sexual.


El suelo pélvico se ve afectado durante el embarazo por el peso que el bebé ejerce sobre el mismo, por el efecto relajante de las hormonas y por el parto, pero también por otras causas como la obesidad, el estreñimiento, los deportes de impacto, el tabaquismo, la tos crónica, etcétera.

Un alto porcentaje de mujeres tiene problemas con el suelo pélvico, pero la mayoría no lo dicen por pudor o bien porque lo ven como algo normal.

Problemas de un suelo pélvico debilitado


Los problemas del suelo pélvico pueden dar lugar a prolapso genital, incontinencia urinaria, fecal y de gases, y alteraciones sexuales. Por lo tanto, debemos cuidar esta musculatura.

El mayor problema del debilitamiento del suelo pélvico es la incontinencia urinaria, es decir, sufrir escapes de orina al toser, al reír, al levantar peso, al estornudar, etcétera; cosas que hacemos en nuestro día a día que nos harán sentir incómodas por el miedo a que se escape la orina.

Para evitar estas complicaciones durante el embarazo debemos preparar la zona perineal para soportar el parto, de esta forma intentaremos evitar los desgarros y prevenir los problemas del suelo pélvico en el postparto.


Masaje perineal y ejercicios de Kegel


Durante el tercer trimestre es importante realizar el masaje perineal; puedes preguntar a tu matrona la manera de hacerlo. Y por otra parte, debemos tomar conciencia del suelo pélvico. Trabajaremos esta musculatura de forma consciente, realizando una buena contracción y relajación, pero no te agobies con este tema, ya que se tratará en la educación maternal y si tienes alguna duda tu matrona estará encantada de poder ayudarte.

La forma de trabajar el suelo pélvico es mediante los ejercicios de Kegel. Estos se basan en contraer y relajar el músculo pubococcígeo, que es el principal músculo de la pelvis. Para poder localizar este músculo, una vez que empieces a orinar, detén la micción, de esta forma serás consciente de la musculatura que debes contraer, pero recuerda que esto solo lo debes hacer una vez, ya que si lo haces de forma repetida podrías causarte una infección de orina.

Otra forma de identificarlo es insertando en la vagina un dedo limpio; cuando lo tengas insertado, intenta apretarlo. Si notas algún movimiento muscular, enhorabuena, ya has identificado la musculatura.

Una vez que has identificado los músculos del suelo pélvico ya estás preparada para hacer los ejercicios de Kegel. Lo interesante de estos ejercicios es que puedes hacerlos cuando y donde quieras, ya que nadie se dará cuenta de que los estás haciendo. Intenta hacerlos cuando ves tu programa favorito de televisión o cuando lees, por ejemplo, así asociarás estos ejercicios con un momento del día y no se te olvidarán.

Estas contracciones se realizarán en repetidas ocasiones con el objetivo de incrementar su fuerza y resistencia. Intenta realizar unas 50 contracciones al día que irás aumentando progresivamente.


Bolas Chinas


Otra forma de ejercitar el suelo pélvico es mediante el uso de las bolas chinas. Estas bolas las encontrarás tanto en farmacias, parafarmacias, Internet o sex-shop. Si tienes dudas antes de comprarlas, consúltalo con tu matrona y ella te aconsejará, ya que hay bolas de diferente peso y algunas consisten en dos bolas en las que muchas veces hay que cortar una porque la mujer no puede soportar el peso de las dos. Recuerda que también hay de diferentes precios.

Las bolas chinas están compuestas por dos esferas de silicona hipoalergénica unidas por un hilo, y cada una de ellas lleva en su interior otra bola de menor tamaño. Las hay de diferentes pesos, por eso si ves que no puedes retener las dos corta una y deshecha la otra, otra opción es comprarte otra de menor peso y conforme notes que tu musculatura va mejorando ir comprando otra de mayor peso.

¿Cómo se usan?

La bola china se colocará en el interior de la vagina como si fuera un tampón (recuerda usar lubricante de base acuosa). Una vez que la tengas insertada es importante que realices movimiento, ya que si te las pones y te sientas no estarás realizando nada. Al principio es recomendable usarla en casa, sobre todo por el temor a que se salgan.

Con los desplazamientos, la bolita interior se mueve produciendo una vibración que estimula los vibroreceptores vaginales desencadenando una contracción de la musculatura lisa de la vagina.

Al principio se recomienda utilizarla tres días a la semana durante un mínimo de 15 minutos y un máximo de una hora, pero recuerda que esta es una recomendación general, así que déjate asesorar por el personal sanitario.

Una vez que termines de usarla se debe lavar bien con jabón neutro, secarla con un paño limpio y dejarla guardada hasta la próxima vez.

¿Cuándo no debes usar las bolas chinas?


  • Si padeces una infección vaginal y/o del tracto urinario.
  • Si sientes dolor al llevarlas puestas.
  • Durante las primeras semanas de recuperación posparto.
  • Junto con tampones absorbentes.
  • Durante las relaciones sexuales.
  • Tras una cirugía genitourinaria o pélvica.
Fuente www.bebefeliz.com

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