29 de enero de 2014

Cómo estimular su memoria

A partir del año de vida la capacidad de recordar evoluciona de manera imparable. Existen algunas técnicas, como la repetición, que ayudan al bebé a ejercitar los diferentes tipos de memoria.

Ciertas funciones mentales, como la memoria, tienen una aparición más temprana y más viva de lo que solemos suponer. En realidad, los niños tienen recuerdos ya antes de cumplir un año. Para entenderlo, hay que distinguir diferentes tipos de memoria.


Memoria de reconocimiento


Los bebés reconocen rostros, y también objetos y situaciones. Por eso hacia el octavo mes surge el temor a las personas extrañas, a las que no reconocen. Se trata de la llamada "memoria de reconocimiento", que consiste en reconocer cosas que ya se han visto antes.

Memoria de evocación

Supone un paso más y aparece más tarde. Consiste en ser capaz de recordar cosas que están totalmente ausentes.
  • A los diez meses un bebé ya puede encontrar un objeto escondido segundos antes.
  • Es después de cumplir un año cuando el niño puede encontrar cosas que no ha visto desde hace un buen rato, incluso días.
  • Y sobre todo la aparición del lenguaje hace posible que, al nombrarlas, puedan evocarse cosas que no están a la vista. Se está consolidando la capacidad de simbolización, que es característica del ser humano y hace posible nuestro desarrollo intelectual y cultural.

¿Cómo fomentar la memoria de evocación?

  • Entre el primer y el segundo cumpleaños la memoria progresa veloz.
  • Se sabe que la memoria que los niños desarrollan en esta edad tan temprana muestra una relación con sus niveles de inteligencia y lenguaje a edades algo mayores.
  • Si practicamos con el niño (sin llegar a agobiarle) juegos y situaciones que la fomenten, le estamos proporcionando una valiosa estimulación que no recibirá en cambio si se lo damos todo hecho y no le permitimos ejercitar su mente.

Algunos ejemplos:

  • Podemos esconder un juguete atractivo debajo de un cojín o sofá y pedir al niño que empiece a buscarlo cuando suene la campana. En los pocos minutos que transcurran hasta que la encuentre, intenta distraer al niño con juegos y conversaciones. Comprobaremos cómo el niño interrumpe el juego o la charla cada poco para hablar del juguete y señalar donde está escondido. Es su estrategia para recordar y no olvidarse.
  • Pongamos tres objetos en el suelo y cubramos cada uno con un paño. Preguntemos al niño qué hay debajo de cada trapo antes de levantarlo. Si aún habla poco, nombrémosle nosotros el objeto que debe buscar y comprobemos si acierto.

Memoria de imitación

  • A los nueve meses un bebé puede imitar acciones adultas nada más presenciarlas, como pulsar un botón para que suene un timbre.
  • A partir del primer cumpleaños los niños pueden imitar las acciones que han visto incluso después de pasados varios días. Estas actividades de imitación tienen que ver con la memoria y a la vez son los primeros juegos de tipo simbólico, es decir, juegos en los que se simulan actividades. Y tanto el lenguaje como el juego están muy relacionados con la capacidad de evocar: la memoria

Memoria autobiográfica

En torno al segundo cumpleaños los niños empiezan a usar la palabra "yo", se sitúan a sí mismos en los hechos que recuerdan y crean narraciones que son trozos de su propia vida.

¿Cómo fomentarla?

  • Es un buen momento para hablar con nuestro hijo sobre las cosas que le pasan cada día. Así fortalecemos la noción de que es una persona única con unas experiencias únicas.
  • También podemos hablarle de las cosas que le pertenecen pero no están presentes o incluso pueden estar lejos, como los familiares. «¿Te acuerdas cuando estuvimos en casa de los abuelos? Era Navidad. ¿Qué hicimos?». Puede que el niño recuerde, o puede que no; quizás responda, o quizás no. En cualquier caso, sin presionarle pero sin renunciar a mantener estas conversaciones, estamos estimulando su capacidad de recordar y de tener recuerdos propios e importantes.
  • Las fotos y los vídeos de los parientes son muy útiles en estas charlas, y alimentan la memoria visual.
  • También estimulamos la memoria auditiva si ponemos al niño al teléfono cuando hablamos con los familiares. Mostrarle al mismo tiempo sus fotos le ayudará a saber con quién está hablando.
  • Si el niño recibe regalos de esas personas, será bueno que, cuando juegue con ellos, le recordemos quién se los ha regalado.

Recuerdos permanentes

  • Cuando crezcan, los niños no tendrán recuerdos de estos primeros años. Los recuerdos conscientes más antiguos que conservamos los adultos no son anteriores a los tres años de edad.
  • Pero hay pruebas de que se guardan recuerdos inconscientes. Por ejemplo, en un niño mayor se pueden detectar reacciones fisiológicas (dilatación de pupila, etc.) si ve fotos de sus compañeros de guardería, aunque no los reconozca.







Las rutinas les ayudan a estimular su memoria
  • Hay una manifestación de la memoria de los niños que es muy útil para los padres, y es la facilidad para establecer con ellos hábitos y rutinas.
  • Los niños se sienten más cómodos si saben lo que viene a continuación. Usar los mismos rituales para acostarlos, levantarlos, bañarlos, etc., hace que el mundo sea más previsible, ordenado y sencillo para el niño.
  • Si jugamos a sus juegos favoritos una y otra vez (les encanta la repetición) y les cantamos y contamos a menudo las mismas canciones y pequeñas historias, estaremos ayudándoles a desarrollar su memoria.

Fuente: serpadres.es

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