Con la llegada de un hijo todo cambia, los horarios, las rutinas, los hábitos, el humor, las fuerzas y como no, el sexo.
Es una situación común en todas las parejas que acaban de tener un hijo, siempre hay que recomenzar en estas lides, pero muchas veces sucede que no te sientes aún con ganas para retomar el ritmo.
Si analizamos como ha cambiado la situación con la llegada de tu hij@ a la casa, entenderemos mejor lo que sucede y será más fácil encontrar soluciones:
Cansancio: La constante atención que requiere tu bebé, y demás miembros de la familia, sobretodo si hay hermanos, te dejan sin energías por lo que a media tarde ya estás pensando en irte a dormir.
Falta de tiempo: El bebé te necesita a todas horas y el poco tiempo que te queda lo utilizas para hacer las tareas de la casa, la compra, la cocina…
Hormonas: Las hormonas aumentan durante el embarazo y mantendrán a tu cuerpo revolucionado todavía durante un largo periodo, sobretodo si estás dando de mamar a tu bebé.
Desánimo: Con el cansancio y la falta de tiempo llega el desánimo, no ves como superar ese estado de decaimiento, y eso que todavía no has vuelto a tu trabajo!!!
Cohabitación: Si el bebé duerme en tu habitación hace aún más difícil el mantener relaciones o un momento de intimidad entre tú pareja y tú.
Pechos: Al amamantar a tu hijo es fácil que te salga leche si te excitas, lo cual puede hacerte sentir incómoda y la situación puede perder encanto, pero tranquila, siempre hay alguna solución.
Estas gorda: No tienes la misma figura que antes de dar a luz y es lógico ¡acabas de tener un bebé!, quizá no te sientas muy atractiva pero eso también tiene arreglo.
Sientes dolor: La zona del periné queda muy castigada durante un parto vaginal y es posible que pases mucho tiempo con molestias y dolores a pesar de haber pasado la cuarentena.
Con todo esto bombardeándote simultáneamente no es difícil entender que no te sientas tan sexy como antes; pero no te preocupes, busquemos soluciones de una en una y lograremos de a poco reanudar la pasión.
Antes de nada tendrás que esperar la cuarentena (entre
Descansa: Si quieres estar relajada y disfrutar, lo cual no te vendrá nada mal, deberás de estar descansada, así pues ¡duerme!, duerme a todas horas, cuando el bebé duerma tú también y olvídate de llevar el ritmo de antes. Ahora te debes acoplar al ritmo de tu bebé y no él al tuyo. No rechaces la ayuda que te presten con las tareas de la casa, e intenta no ser tan exigente con la limpieza o el orden.
Reserva tiempo: De la misma manera que dedicas un rato para hacer la comida o ir a comprar, planea un momento para mantener relaciones. No tiene por que ser de noche, cuando acaba la jornada y estas agotada. Prueba a hacerlo durante el fin de semana, mientras el bebé hace la siesta de media mañana, o durante la que hace después de comer. Si tienes más hijos la cosa se complica, pues si son mayorcitos ya no duermen durante el día, así que haz que se quede a comer un día de la semana con algún familiar o amigo. Si prefieres las noches procura hacer una buena siesta (aprovechando la del bebé) y mientras tu otro hijo está en el colegio, y descansa, organízate ese día para no hacer muchas tareas, y en cuanto tus hijos estén en la cama, disfruta con tu pareja.
Vitalidad: Tienes un gran desgaste energético que debes compensar con una dieta rica en vitaminas, minerales y proteínas, lo que se traduce en comer y beber bien (frutas, verduras, legumbres, carnes, pescados, huevos, lácteos…). Seguro que muchas veces cambias el comer por ir a dormir un rato pero no te puedes permitir no alimentarte bien. Ahora que te has propuesto descansar y reservarte algo de tiempo te falta ya muy poco para recargar las pilas. Hazte algún regalo de vez en cuando, un trocito de chocolate al día no te va a engordar y en cambio te van a animar y a beneficiar muchísimo.
Intimidad: Cuando planees tener sexo con tu pareja procura tener un entorno y un momento íntimo. Si el bebé te hace sentir madre y no mujer intenta que no esté en la habitación en ese instante o bien busca otro sitio de la casa. Incluso ahora después de años de rutina, puede resultar muy excitante innovar.
Pechos bajo control: Cuando se amamanta a un bebé, puede suceder que en las primeras semanas, mientras se establece el ritmo de oxitocina (la hormona encargada de la lactancia), te salga leche al excitarte. Puedes explicárselo a tu pareja para que esté prevenido y no se complique por la situación, además puedes llevar un bonito sostén muy sexy con discos de lactancia en su interior. Quizá sea el momento de comprar lencería nueva y sexy, después de todo lo que haces, te puedes conceder un regalito para animarte.
No estás fea: Repítetelo todas las veces que haga falta hasta que te convenzas. Acabas de tener un bebé y hasta que no pasen unos 3 o 6 meses tu cuerpo no volverá a estar en su sitio así que piensa que es algo pasajero. Habla con tu pareja por que estoy segura que después de haberte visto embarazada con aquel súper barrigón no creo que se pare a pensar que todavía te sobran un par de kilos. Seguramente él te ve con mejores ojos que tu y está deseando intimar contigo. Si a pesar de haber esperado medio año aún no te encuentras bien contigo misma prueba a hacer algo de dieta (mejor si está supervisada por un especialista) y, ejercicio físico, moderado pero constante, para ponerte en forma.
Sin molestias: Después de un parto la zona del periné (y la del vientre, si ha sido cesárea), queda muy deteriorada, dolorida y sensible. Para recuperarte no dejes de practicar los ejercicios de Kegel para recuperar el suelo pélvico.
Si tienes molestias constantemente, notas tirantez o dolor en la zona del periné o en la parte interna, que no van mejorando, consulta a tu matrona o ginecólogo para que compruebe que todo está bien.
Habla con tu pareja para iniciar las relaciones poco a poco, con suavidad y sin movimientos bruscos, e intenta encontrar las posturas con las que no sientas molestias, que normalmente son aquellas en las que el hombre está detrás de la mujer. Prueba a usar un lubricante para facilitar la penetración ya que durante la lactancia la zona vaginal estará muy seca.
Durante el embarazo, parto y lactancia las hormonas hacen que la mujer sufra altibajos emocionales, cambios de humor repentinos y esté sensible pero además, la presencia de la progesterona (hormona inhibidora de la libido) hace que no tengas mucho deseo sexual, por eso es tan importante hablar con la pareja, crear un ambiente propicio, hacerse masajes, caricias y juegos preliminares, e ir poco a poco hasta que retomes el ritmo.
Quizás sea buena idea compartir este artículo con tu pareja, muy posiblemente él no entienda mucho a qué se debe tu falta de deseo y no quiera presionarte. Muchas veces tú puedes interpretar esta reacción como falta de interés acrecentando así tus inseguridades por los cambios en tu cuerpo.
Mientras más sepan ambos de las causas, encontrarán mejores soluciones y muy pronto volverán a compartir como antes.
Fuente: http://bit.ly/ptjkNz

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