27 de marzo de 2011

Mastitis: Qué es y cómo prevenirla


La Mastitis es un padecimiento que pueden sufrir las madres cuando están en el proceso de lactancia.
Sus características más relevantes son la hinchazón, enrojecimiento y dolor de los pezones, síntomas que pueden ser acompañados por fiebre y malestar en todo el cuerpo.



Se origina como consecuencia de la transmisión de gérmenes que invaden el tejido mamario. Generalmente, pasan desde la nariz, boca y garganta del bebé hacia los conductos de leche de los pechos a través de fisuras en los pezones.                                                                                    
Es importante recalcar que estas fisuras o heridas son consecuencia  una incorrecta técnica de lactancia, en donde el bebé se prende de la punta del pezón y no de la areola completa.
A esto se suma el hecho de que la mujer luego del parto queda físicamente agotada y, en muchos casos, estresada. Ello suele incidir en una mala alimentación y falta de descanso que debilita sus defensas facilitando así la  invasión de las enfermedades.
Expertos señalan que  el riesgo de aparición de la mastitis está presente durante las primeras 12 semanas postparto, pero se da con mayor frecuencia en la segunda y tercera semana postparto.
La mastitis es fácil de detectar, se puede presentar como un bulto en el pecho, acompañado de dolor, calor o irritación. En este caso, lo recomendable es hacer reposo, amamantar lo más frecuentemente el pecho afectado y consultar a tu doctor.
La mejor forma de prevenir esta dolencia es a través del aprendizaje de una correcta técnica de lactancia. Con ello se logrará  alimentar adecuadamente al niñ@ y  mantener sanos los pechos.
No obstante, puedes tratar la inflamación al momento de detectarla aplicando toallitas húmedas y calientes directamente sobre los pechos, ofreciendo el pecho al bebé con mayor frecuencia  o realizando un vaciado del pecho ya sea de forma manual o mediante el uso de una bomba de extracción. Esta dolencia puede requerir  tratamiento  médico si la sintomatología permanece por más de 24 hrs,  por lo que se recomienda en estos casos consultar al médico.
Tu bebé no corre peligro
Si padeces de mastitis no debes preocuparte por la salud de tu hijo, puesto que los gérmenes que originaron esta enfermedad provienen de su propia boca, por lo que no corre ningún tipo de peligro.
Tampoco debes dejar de amamantar, es de vital importancia que sigas dando leche mientras se cura la infección, pues es necesario que tu hijo se alimente y que la leche siga su curso natural, previniendo así las acumulaciones. Antes de darle leche, intenta poner una toallita caliente sobre el pecho afectado durante varios minutos, con esto estás estimulando la bajada y aplacarás el dolor.
Si el bebé no consigue vaciar el pecho, hazlo con un extractor de leche. Y si no puedes soportar el dolor al amamantar, prueba extraerte la leche y dársela a tu bebé en una mamadera. Aunque trata de practicarlo lo menos posible, porque recuerda que el único que puede vaciar tu pecho eficazmente es tu bebé.

Puedes revisar el artículo completo en  http://bit.ly/n9APZP

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